El periodo vacacional del que disfrutamos en verano es un tiempo para descansar, disfrutar y relajarnos de las tensiones y el cansancio acumulados a lo largo del año. El problema radica en que esta relajación está detrás del hecho de que los accidentes infantiles se incrementen en un 20% en esta época. De ahí que la Fundación Ambuibérica, de HTGroup, llame la atención de progenitores, tutores y cuidadores para evitar que sucesos desagradables o trágicos afecten a los más pequeños de la casa.

La atención sobre los niños debe comenzar desde el mismo momento en que nos ponemos en marcha con destino al lugar de vacaciones. En los vehículos los menores deben ir en un Sistema de Retención Infantil (SRI) correctamente instalado y acorde a la talla y el peso del niño. Además de parar cada dos horas para descansar, en ningún caso se debe dejar a un pequeño solo dentro del automóvil, pues existen evidentes riesgos de que sufra un golpe de calor, esto es, un colapso debido a una repentina elevación de la temperatura corporal. En el coche tampoco se han de llevar objetos sueltos, pues en caso de impacto o frenada brusca los objetos pueden golpear a quienes viajan en él.

Es importante, de igual forma, que la inspección del lugar de destino –hotel, apartamento, camping…- la hagan los pequeños en compañía de los adultos para que todos se familiaricen con el espacio y localicen cualquier riesgo.

En el agua, mucha atención

El mar, los ríos, las piscinas o los parques acuáticos son las estrellas del verano, los lugares de diversión por excelencia. En ellos hay que prestar mucha atención a los menores, a los que no que dejar en ningún momento sin supervisión, ni delegar en los socorristas u otros niños mayores su cuidado. Además, el hecho de que usen manguitos, chalecos salvavidas u otros dispositivos de flotación no exime de la vigilancia y la supervisión necesarias.

Para que el sol no dañe su frágil piel es conveniente que se los proteja con un factor adecuado. Además, es importante recordar las siguientes pautas:

  • Evitar las exposiciones prolongadas y tomar el sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas).
  • Protegerse mediante crema solar, que debe ser aplicada 30 minutos antes de la exposición.
  • Las primeras exposiciones al sol deben ser progresivas: de 10, 15 y 20 minutos. No es recomendable más de media hora al día.
  • Usar gorras o pañuelos que protejan la cabeza del niño. Si se emplea sombrilla, hay que tener en cuenta que el sol se va moviendo y que los rayos penetran.

Combatir adecuadamente el calor

Los niños son, junto a las embarazas, los ancianos y los enfermos crónicos, uno de los grupos de riesgo ante las altas temperaturas. Para combatir el calor, la Fundación Ambuibérica aconseja:

  • Beber líquidos (agua, zumos naturales…) aunque no tenga sed.
  • Evitar los paseos en las horas de mayor calor.
  • Usar prendas de vestir de algodón, ligeras y de colores claros.
  • Consumir frutas y verduras frescas.
  • Tomar baños o duchas de agua fría, evitando los cambios bruscos de temperatura.

Cuidado con las aglomeraciones

En las zonas turísticas es muy común que se produzcan aglomeraciones, pues el número de personas que se concentra es mayor que en otras épocas. Cuando se va a salir a la calle acompañado de un niño, la fundación del grupo de transporte sanitario HTG sugiere la conveniencia de adoptar las siguientes medidas:

  • Explicar al pequeño dónde se va a ir. Una vez en el sitio, señalarle algún lugar que destaque sobre el resto para que le sirva de referencia y punto de encuentro en caso de extravío.
  • Coger al niño de la mano y no soltarla para impedir que se pierda.
  • Apuntar el número de teléfono móvil en la ropa, los zapatos o el brazo del niño para que, en caso de pérdida, la localización sea efectiva.
  • Vestirlo con ropa llamativa.
  • Recordarle que si se pierde, se quede quieto, pida ayuda a un policía o vigilante y se haga notar mediante gritos o llanto.