Cuando llegamos a la tercera edad, hemos de aceptar que nuestro cuerpo ya no es el mismo, que nuestros reflejos han disminuido, que nuestros movimientos son más lentos y reducidos, que nuestra visión y audición están más limitadas…En definitiva, debemos tomar más precauciones para evitar cualquier percance o accidente. Con el fin de contribuir a prevenir cualquier suceso que pueda acaecer a nuestros mayores, la Fundación Ambuibérica, de HTGroup, recomienda seguir algunas pautas y cuidados personales conducentes a mejorar el día a día.
Atención a los medicamentos
Es importante tener muy presente para qué es cada medicamento, cuál es su dosis y cuándo se deben administrar. Un pastillero puede servir de ayuda. Como algunos pueden provocar mareos y somnolencia y afectar al equilibrio, en caso de presentar estos síntomas es aconsejable consultar al facultativo. También se ha de tener presente que algunas medicinas, combinadas con el consumo de alcohol, pueden afectar al equilibrio.
Hay que tener presente que las enfermedades crónicas, algunas patologías ocasionales, como catarro, gripe o diarrea, el cansancio, la debilidad o haber estado en cama unos días incrementan el riesgo de caída.
Calzado adecuado
Las posibilidades de sufrir una caída aumentan con la edad. De ahí que sea muy importante caminar con atención, mantener un adecuado cuidado de los pies y emplear un calzado conveniente para mantener la estabilidad y el equilibrio al andar.
Si se adquiere nuevo calzado, se han de tener en cuenta ciertas premisas:
- Tener en cuenta la horma y la forma del pie
- El zapato debe sujetar bien el pie, su interior ser resistente y tener una suela antideslizante, pero flexible.
- Evitar los tacones altos (no más de 3,5-4 cm) y las punteras estrechas
- Evitar dentro del hogar andar con calcetines, sin calzado o con un zapato abierto por detrás o que no refuerce los talones.
Visión y audición
Para moverse con seguridad en el interior de la vivienda o por la calle es importante tener una buena visión y audición. Por eso es muy recomendable pasar revisiones de la vista y el oído de forma periódica, así como utilizar las gafas con la graduación correcta y estar pendiente de las pilas del audífono.
Gestos para el día a día
Hay movimientos, gestos que se repiten a lo largo del día, como sentarse y levantarse de una silla o subir y bajar unas escaleras. Pueden resultar sencillos de ejecutar, salvo cuando se tiene ya una edad. Entonces, conviene seguir algunas pautas para realizarlos de un modo correcto y que no se conviertan en una causa de accidente inesperado.
Para sentarse en una silla, es recomendable situarse de espaldas a la misma, con la parte posterior de las piernas en contacto con ella. A continuación, bajar la barbilla, flexionar las rodillas y, con las manos en los apoyabrazos, descender lentamente hasta el borde del asiento, para luego encajar el cuerpo, que se ha de pegar al respaldo. Para levantarse, hay que deslizar el cuerpo hacia el borde, bajar la barbilla y, manteniendo la inclinación de la pelvis, con los pies firmes en el suelo y las manos en los apoyabrazos, estirar las rodillas y elevarse.
Para subir y bajar por unas escaleras hay que ayudarse siempre del pasamanos. Al iniciar el movimiento de subida se ha de emplear la pierna más ágil, mientras que la bajada se comienza con la más dolorida o menos ligera.
Para acostarse en la cama, lo mejor es sentarse en el borde, colocar ambas manos sobre ella, mirando a la almohada, y a continuación, con el apoyo de los brazos, bajar lentamente la cabeza y el tronco al tiempo que se elevan las piernas hasta quedar en reposo de lado. Después, se debe adoptar una postura correcta y cómoda. Para levantarse, hay que situarse de lado en el borde, doblar las rodillas, bajar las piernas y, al mismo tiempo, elevar el tronco, ayudándose con los brazos hasta quedar sentado. A continuación, incorporarse.
Actividad física
La edad no debe ser una excusa para realizar actividad física, eso sí, siempre limitada al estado de salud, las posibilidades y las condiciones de cada persona. El ejercicio resulta muy beneficioso para mejorar la movilidad, la fortaleza, el equilibrio y la flexibilidad, además de que hace sentir mejor, física y mentalmente. En este sentido, es recomendable caminar, bailar, trabajar en la huerta o el jardín, hacer tai-chi o yoga, etc.